Síntomas de una casa enferma

casa enferma

Una casa enferma es aquella que, por sus características, es poco saludable y se hace pesada para vivir durante un periodo de tiempo prolongado. Más allá de que, como en casa, como en ningún sitio, sí hay algunos elementos que te sirven para saber si una vivienda es poco confortable.

Casa enferma: sus principales síntomas

Cuando hablamos de una casa enferma, tenemos que hacerlo en dos planos, porque el síndrome del edificio enfermo existe. Por un lado, el tangible, aquel que se ve y que, claramente, puede influir en nuestra psicología; en segundo lugar, tenemos el punto más sutil, energético, que tiene una importancia especial.

Recordemos que, muchas veces, ambas casuísticas coinciden o hay elementos de ambas. Por eso, las ponemos en este orden; cuando no se encuentre explicación tangible, habrá que hacerse otras preguntas. Veamos cada casuística por separado que, aunque sea subjetiva en algunas ocasiones, no por ello es menos importante:

Casa enferma: plano tangible

Hay numerosos elementos ambientales que hacen que una casa se pueda considerar “enferma” en lo tangible, entendiendo como tal un lugar poco agradable para estar y vivir. Por ejemplo, el exceso de humedades favorece la acumulación de gérmenes. Otra cuestión está en que el sistema de ventilación sea deficiente, con el consecuente aire viciado. Además, el polvo acumulado genera posibles problemas de higiene. Finalmente, los olores son otro de los factores que pueden hacer desagradable una casa.

Aunque estos ítems sean tangibles y objetivos, el nivel de tolerancia depende de cada organismo. Hay personas que pueden convivir con alguna de estas molestias, y otros que no porque son alérgicas o desarrollan alergias. Por eso, siempre que sea posible, hay que buscarles solución.

Casa enferma: plano sutil

El plano sutil, energético y espiritual, tiene que ver con el éter, con lo que alberga esa casa y, también, con las energías que transitan por ella. Y, aquí, dependiendo del caso, la cuestión cambia mucho.

Algunos casos habituales son la sensación de pesadez o de que una estancia está especialmente “cargada”. También nos podemos encontrar con ruidos, aparentemente inexplicables. Otra posibilidad es que las plantas se marchiten rápidamente, y sin un motivo. O, incluso, que sintamos que, energéticamente, nos sentimos más incómodos o discutimos más, aunque no podamos encontrar explicación racional.

Si no hay una explicación racional tangible, existen alternativas. Por ejemplo, si hay alguna persona fallecida que haya vivido allí. Asimismo, si en la casa hubo alguna situación traumática (muertes, suicidios…) también se podría entender que sigue habiendo esa energía.

En cualquier caso, existen remedios espirituales, pero también el poder de la intención y la concentración. Eso sí, piensa en que, a veces, es mejor conocer cuál es la causa directa para tratarla.

Conoce mejor las energías de tu entorno

Somos la unión de cuerpo, mente y espíritu. Y, obviamente, cuando ha habido algún desajuste energético en una vivienda, si la situación no se ha solucionado, puede quedar ahí. Conocer las energías de tu entorno evitará el síndrome de la casa enferma. ¡Contáctame para saber más!