En el siglo XXI, la soledad se ha convertido en una pandemia por los efectos devastadores que tiene en la salud. Vale la pena darle una vuelta a esta situación, a los motivos y a sus consecuencias.
¿Cuántas personas viven o se sienten solas?
Lo primero de todo es que vivir solo no significa necesariamente sentirse solo. No obstante, sí es cierto que, en muchos casos, la soledad es sobrevenida y no buscada, y aquí es donde empiezan los problemas. Las relaciones sanas son necesarias en nuestras vidas.
No tenemos cifras de cuántas personas viven solas en el mundo, pero sí de las que viven solas en España. Concretamente, hay 5.433.969 personas en hogares unifamiliares. Y, lo que es más, la cifra se dispara a partir de los 60 años. Esto indica que, en la mayoría de los casos, la soledad no es buscada, sino que es el resultado de la viudedad y de los hogares con familia nuclear. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), esta cifra seguirá aumentando.
Pero, más allá de lo cuantitativo, también está lo cualitativo: las personas que se sienten solas. Y es posible que mucha gente viva con familiares o con su pareja, pero experimente esa soledad. Aquí tenemos una cifra demoledora: el 24 % de la población mundial. Sorprendentemente, la población joven es la que más experimenta esta sensación.
Estamos, pues, ante un fenómeno que no es patrimonio de una única generación, aunque se viva de formas diferentes. Veamos qué consecuencias tiene.
Consecuencias de la soledad en la salud
Es evidente que la compañía tiene que ser de calidad, porque, si no, no solucionamos el problema, o generamos otro. Ahora bien, las personas que viven solas de forma sobrevenida suelen tener problemas añadidos de salud mental y física. Destacamos estos:
Menos esperanza de vida
Existen varios estudios que asocian la soledad a un más posibilidades de fallecer prematuramente. La falta de redes de apoyo social evita diagnóstico precoz, por ejemplo. Esto se da, especialmente, en enfermedades cardiovasculares, tumores o demencia. Obviamente, hay algunas enfermedades inevitables, pero en otras el aislamiento tiene un papel fundamental.
Más estrés
Vivir solo, por lo general, es más caro que hacerlo acompañado. Concretamente, necesita casi el doble de los ingresos de una persona que vive en pareja para mantener un determinado nivel de vida. Esto, añadido al hecho de que la mayoría de las personas que están solas no tienen con quién explicarse, hace con los niveles de estrés sean mayores. La mente, ahí, juega en su contra.
Mayor propensión a la depresión
La soledad multiplica la propensión a padecer depresión. No en vano, el hombre es un ser social, y cuando este vínculo se rompe o no existe, es más fácil caer en estados depresivos. En algunos casos, esta propensión se puede multiplicar por 5, como han señalado diversos estudios científicos desde 2021 en la revista Journal of affective disorders.
Vence tus miedos a relacionarte
La soledad es, a veces, sobrevenida, a veces resultado de los miedos. Pero relacionarse o hacer vida social también es una habilidad que hay que cultivar y entrenar. ¿Necesitas ayuda? ¿Quieres saber dónde están tus bloqueos o problema? ¡Contáctame y hablamos!